Cuidados de las tortugas
Una tortuga pasa la mayor parte de su vida dentro del acuario, ya sea sumergida en el agua como dándose su baño de sol en la zona seca del recipiente. Por ello, cuidar de la higiene de este es fundamental. De lo contrario, tu tortuga podría desarrollar enfermedades. Ten en cuenta que estos reptiles se encuentran fuera de su hábitat y que cualquier descuido por tu parte puede convertirse en un problema de salud.
Normalmente, el agua de un acuario de tamaño mediano en el que no se ha instalado un filtro comienza a ponerse turbia después de una semana. El mejor modo de comprobarlo es a través de la simple observación: los restos de comida y los desperdicios producidos por tu tortuga se acumulan normalmente en el fondo del acuario y son perfectamente visibles.
La mayoría de los reptiles exóticos, al crecer en cautividad, necesitan un suplemento de calcio. Las tortugas no son una excepción y es importante que te asegures de dárselo. Afortunadamente, este tipo de suplementos son muy fáciles de encontrar y bastante económicos.
Las tortugas de agua dulce obtienen el calcio de manera natural, ya sea a través de la vegetación que comen o de partículas del fondo que pueden absorber cuando se encuentran en el agua. De un modo u otro, las tortugas libres raramente presentan un déficit de calcio.
¿Qué comen las tortugas? La alimentación de este tipo de reptiles es más variada de lo que parece y tienes en tu mano distintas opciones:
Comida comercial para tortugas: Contiene todos los nutrientes que una tortuga necesita. Sin embargo, dependiendo de su especie, es posible que tu tortuga la rechace.
Verduras: lechuga, pepino, zanahoria… puedes alternar esta dieta con la comida comercial de tortugas.
Pescado: puedes darle a tu tortuga el mismo pescado que tú comes, siempre que este esté crudo. Sin embargo, ten en cuenta que el pescado, sobre todo el más graso, ensucia bastante el agua.