Enfermedades comunes en los gatos
La conjuntivitis es uno de los problemas más frecuentes en los gatos que se puede dar a cualquier edad, se trata de la inflamación de la mucosa del ojo (de la membrana que lo recubre y del interior del párpado). El gato puede llegar a perder la vista si no se diagnostica y se trata a tiempo. Se puede dar por infecciones oculares, por alergias, por enfermedades diversas (las que afectan al sistema respiratorio), por la suciedad del medio ambiente, por traumatismos o por problemas genéticos
La leucemia felina se trata de un tipo de cáncer que se transmite por contacto de los fluidos corporales, ya sea saliva, sangre u orina. Suele afectar más a gatos pequeños y jóvenes y puede producir incluso la muerte. Los síntomas de esta enfermedad son la falta de apetito, la somnolencia, la anemia, la aparición de tumores o la debilidad, esta enfermedad se previene vacunando a tu gatito.
La Cistitis como ocurre en las personas, así es en los gatos, el sistema urinario es más problemático a medida que el gato envejece. Se forman minerales que obstruyen el conducto urinario, lo que genera dolor al orinar, mucha sed, ausencia total de micción, lamido de la zona urinaria, vómitos u orinar en otro sitio que no sea la caja de arena. Existe tratamiento para eliminar los minerales y además el gato tiene que seguir una dieta especial.
Las alergias son parte de las enfermedades comunes de los felinos, pueden tener alergia a muchas cosas distintas, las más comunes son: plantas, polen, hongos, perfumes, productos de limpieza, humo de tabaco, picadura de pulga, algunos alimentos e incluso humanos. Podemos identificar con siguientes síntomas: tos, estornudos, secreción nasal, secreción ocular, picor en la nariz, picor en los ojos, falta de pelo, infecciones cutáneas, vómitos y diarreas.
Otitis es una inflamación del conducto auditivo muy común en los perros, pero también en los gatitos y en los gatos adultos, puede generar dolor y, en casos más extremos, la pérdida de la audición. Normalmente se produce por la presencia de parásitos como los ácaros, pero también por hongos o por bacterias. Si tu gato tiene otitis, lo reconocerás por la incomodidad que demuestra al rascarse o por la cantidad de veces que lo hace.