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Bichón Maltes

El Bichón Maltés presenta unas características muy concretas, de tamaño muy pequeño que en su edad adulta puede llegar a los cuatro kilos de peso en la línea europea y a los dos kilos de peso en la línea Americana. Con una altura al a cruz de unos veinticinco centímetros para ejemplares europeos.

Suele pesar como máximo 4 kg, aunque lo normal son 3. Es un perro muy compacto, pues tiene la misma longitud de la cruz al suelo que de la cruz al nacimiento de la cola, y resistente. No existe una gran diferencia de tamaño entre machos y hembras, como ocurre con otras razas.

En cuanto a su carácter, puede ser bastante desconfiado con los extraños, por lo que requiere de una buena socialización desde cachorro. No es algo preocupante, pues su carácter es dócil y sociable por naturaleza, y con una educación básica, sin grandes esfuerzos, conseguiremos que sea todo lo sociable que puede ser el maltés.

 

 

Es un animal optimista y un perfecto compañero para toda la familia. Además, posee una salud muy resistente (algo peculiar en una raza tan antigua y que ha sido perpetuada por la intervención humana); únicamente tiene tendencia a la obesidad, al moquillo (por lo que debemos tener su calendario de vacunas siempre al día) y a la conjuntivitis. En definitiva, nada que no se prevenga con las visitas habituales al veterinario.

El Bichón Maltés tiene un cuerpo largo y delgado, cubierto por abundante pelo largo y sedoso. Su expresión es viva e inteligente. Tiene las orejas revestidas de pelos muy largos y les caen a los lados de la cabeza. Su cola es muy peluda y va curvada sobre la espalda. Esta raza es de color blanco, aunque algunas veces puede tener marcas color limón.

Es necesario cepillar al Bichón Maltés a diario, ya que su pelo se enreda con facilidad. Al sentir un gran apego por sus dueños, si se le deja solo mucho tiempo puede llegar a sentirse abandonado y desgraciado. Es importante dedicarle tiempo.

En el caso de los Bichón Maltés, su mantenimiento estético es exigente comparado con otras razas, por eso no hay que descuidarlo. Cepillar diariamente o dos o tres veces por semana como mínimo para evitar la formación de nudos. Se debe bañar cada seis u ocho semanas, y hay que cuidarle las uñas. El corte debe de hacerse por un profesional cada seis u ocho semanas.