El Beagle
En tiempos medievales ya se utilizaba el término “Beagle”, pero de forma genérica para designar perros sabuesos de tamaño pequeño, que la nobleza utilizaba en grandes jaurías formadas por muchos ejemplares para ayudarse en la caza de liebres y conejos.
Hoy en día estos pequeños sabuesos gozan de una gran popularidad y se emplean no sólo como perros de compañía, sino también como perro de detección y antidrogas en aeropuertos y aduanas.
Adoran estar reunidos con la familia y participar en la vida doméstica y además son especialmente pacientes con los niños, lo que los ha hecho muy populares como perros familiares. Estos perros son amistosos, alegres, afectuosos y bastante tranquilos.
Algunos Beagle son bastante cabezotas, y tendrás que ser tenaz en su entrenamiento y mostrarte como un líder firme en el que él pueda confiar. Necesitan paseos regularmente donde puedan quemar energía, y así además se ayuda a evitar el sobrepeso al que esta raza es tendente.
El Perro Beagle es de tamaño mediano, no presentan grandes dificultades en su educación y mantenimiento, y tampoco son particularmente dominantes ni agresivos.
Los Beagle son bastante equilibrados, tranquilos, dóciles y amorosos. Por estos motivos, en general son aptos para convivir con una gran variedad de personas, desde gente mayor, personas que vivan solas en un apartamento en la ciudad, familias con o sin niños, y gente deportista.
Entran dentro de las razas de perros pequeños. Los Beagle guardan cierto parecido con el Foxhound, pero de tamaño reducido. Es un perro enérgico, sólido y musculoso de marco bastante cuadrado, pero no exento de cierta finura y elegancia, como buen gentleman británico.
Poseen una mirada inteligente, con ojos marrón oscuro o color avellano según el pelaje, bastante grandes y expresivos. Tienen además unas características y graciosas orejas anchas, largas, finas y colgantes de inserción baja y terminadas en punta redondeada.