British Shorthair
Por su buen carácter y su apariencia de peluche, el British Shorthair es un gato que se ha ganado la simpatía de miles de personas que lo eligen como mascota. Dóciles, cariñosos y juguetones –pero también majestuosos e inteligentes– son la compañía ideal para niños y ancianos y se han convertido en los mininos de pelo corto más conocidos del mundo.
Son animales que prefieren la tranquilidad del hogar y la compañía humana. No es tan evidente en ellos el espíritu aventurero que caracteriza a otros gatos, aunque, si se presenta la ocasión, son excelentes cazadores.
Rara vez arañan. Si son molestados optan por irse. Su paciencia, tolerancia y equilibrio los torna compañeros ideales para los niños. Se adaptan con facilidad a diferentes espacios. Conviven bien con otros gatos y con perros. Alcanzan la edad adulta entre los dos y los tres años.
Es importante:
Vigilar el peso, sobre todo si se trata de animales castrados, ya que tienden a engordar.
Peinarlos y cepillarlos regularmente, especialmente en épocas de muda, para evitar que se traguen el pelo y formen bolas.
Darles piensos de calidad, preferiblemente aquellos que prevengan la formación de las mencionadas bolas de pelo.
Desparasitarlos y vacunarlos según indicaciones del veterinario. Hay que tener en cuenta que su denso pelaje favorece el alojamiento de las pulgas.
El abanico de colores es muy amplio, desde el negro, azul, rojo, crema, chocolate, lila, el abanico de colores es muy amplio, desde el negro, azul, rojo, crema, chocolate y lila.
Uno de los aspectos por los que tanta gente se decanta por esta raza es su carácter. Es un gato tranquilo, juguetón aún en edades adultas y muy cariñoso. No es un gato independiente, es feliz estando en compañía de sus dueños, recibiéndolos al llegar a casa y buscando siempre el contacto o la cercanía. Se lleva bien con los niños y con otros animales puesto que no es agresivo ni territorial, comparándolo con otras razas. Por todo esto se le considera el compañero perfecto para convivir en nuestra casa.