Los gatos son de los animales más inteligentes, y respetados en la antigüedad, muchos de ellos eran considerados dioses para muchas culturas, este animal que es independiente y a la vez cariñoso, es muy sensitivo, y debemos conocer sus más curiosas costumbres o acciones de naturaleza, los felinos son una caja de sorpresas y nunca terminaremos de conocerlos y de saber interpretarlos.

Los bigotes del gato se caen periódicamente y vuelven a crecer. Su desaparición afecta al movimiento y al sentido de orientación del animal. Por eso, es importante no cortarlos. La visión nocturna del gato es alrededor de seis veces mejor que la del hombre gracias a una estructura del ojo compuesta por células capaces de funcionar como espejos, amplificando el más tenue rayo de luz.

La mayoría de los gatos blancos con ojos azules son sordos. Los que tienen un ojo azul, son sordos del oído de ese mismo lado. Los gatos blancos con ojos amarillos no tienen ese problema.

Después de comer los gatos se lavan inmediatamente, es un instinto de supervivencia que los lleva a actuar así para que los depredadores no huelan la comida y así puedan ser atacados. En el antiguo Egipto, matar un gato era un crimen castigado con la muerte. Los gatos eran momificados, y pequeños ratones puestos en sus tumbas.

Los gatos casi nunca ronronean a otros gatos. Ese sonido lo reservan para sus seres humanos queridos. Los gatos duermen de 16 a 19 horas diarias. Pero aún dormidos, están alertas a cualquier estímulo.

Los gatos negros son generalmente más tranquilos que los blancos, que están siempre muy nerviosos. Cada gato tiene su propio maullido y ronroneo. Pueden que dos gatos tengan un ronroneo parecido, pero a pesar de todo siempre existe alguna diferencia.

La lengua del gato está formada por pequeños “ganchos”, que les son útiles para atrapar y desgarrar el alimento. Un gato tiene en total nos 230 huesos. Un ser humano tiene 206. Un 10% de los huesos del gato se encuentran en su cola.

Cada año gatuno representa aproximadamente seis años humanos. Así, un minino de veinte años correspondería a un anciano de ciento veinte años de edad. La dieta del gato debe contener cierta cantidad de grasa, puesto que su organismo no la produce.