Las serpientes para poder crecer deben ir cambiando la piel constantemente. Por lo general, la piel vieja se cambia en una sola pieza, incluyendo la cubierta o primera capa transparente de los ojos (llamados espectáculos). Las serpientes carecen de párpados móviles y los ojos permanecen constantemente abiertos.

 

La frecuencia de la muda varía de una especie a otra, incluso en una misma especie dependiendo de la edad, temperatura ambiente, humedad, estado nutricional e hidratación, entre otras. Las serpientes jóvenes, de crecimiento rápido, cambian la piel con más frecuencia que los adultos. En general en los boidos (boas, pitones, anacondas) la muda se produce una vez al mes.

 

 

En el momento de la muda, la piel y el espectáculo se ven opacos, la piel se va soltando hasta que sale en forma completa y la piel que está por debajo se ve brillante.

 

La muda es un momento de estrés para el animal, así que durante este periodo no quieren comer. La piel antigua queda botada en el terrario, y para mantener la limpieza se debe retirar.