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¿Es su perro agresivo?

¿Gruñe por cualquier cosa su perro?  Estas características son muy frecuentes en un perro con síntomas de agresividad, que no son normales en los perros, existen formas de controlarlos y corregirlos, existen varios motivos por los cuales un perro puede ser agresivo, lo importante es detectarlo y ayudarlo.

Primero debemos levarlo al veterinario, puede que alguna enfermedad o dolor esté produciendo la agresividad del perro, primero tenemos que descartar algo a nivel físico en el animalito, evitar que el perro se estrese, debemos jugar con él, sacarlo a pasear, no ponerlo es situaciones de estrés, como con muchos perros, y lugares de mucho ruido o muchas personas.

Es importante tenerle juguetes, ellos pueden volverse agresivos al no tener un objeto con que jugar, muchas veces son zapatos, medias, algún adorno de la casa, es por esto que debemos darle juguetes para que eliminen el estrés y estén entretenidos.

 

 

El miedo y temor de los perros también despiertan la agresividad, hay que hacerles saber que están seguros, que nada malo les va a pasar, los perros son muy sensitivos, por ejemplo, cualquier perro que echa las orejas hacia atrás es que se siente amenazado, es una reacción en ellos, y esto alertará que podría atacar, a los perros hay que saberlos entender con amor y paciencia.

Al castrar un perro o esterilizar puede ayudar a bajar el nivel de agresividad de un perro, es otra de las opciones, el castigar a un perro de manera agresiva o con violencia no ayudará en nada, por el contrario, aumentará la agresividad, tampoco debemos jugar con ellos de forma que eso provoque agresividad en el animalito, juegos divertidos y sutiles, nada de peleas o molestar la tranquilidad de la mascota.

En muchas situaciones podemos observar perros agresivos y la verdad pocas veces tiene que ver la dominancia con ello, estamos acostumbrados a leer que para que un perro nos respete y lo podamos enseñar debemos ser los dominantes. La verdad es que no hace falta dominar a ningún perro para que nos haga caso. La clave está en la comunicación.

Si agredimos o manipulamos a nuestro perro de forma incorrecta es totalmente comprensible que el animal se muestre irritado e incluso asustado. No obstante, que muerda directamente, es una clara evidencia de que el animal no ha sido educado en la inhibición de la mordida y por ende es un aspecto que debemos trabajar.