El duelo de la pérdida de una mascota, es igual a la pérdida de un ser querido, y como todas las personas, reaccionamos diferente ante los momentos y situaciones tristes, y como todo en la vida, solo el tiempo sana las heridas y al final recordaremos esos momentos y anécdotas bonitas y divertidas que nos dio esa mascotita mientras nos acompañó

Cuando nuestra mascota pasa por alguna enfermedad terminal, o simplemente cumplió cierta edad donde se deterioran todos los signos vitales, tenemos que prepararnos para ese momento que lastimosamente nadie se escapa. Los perros y gatos viven por naturaleza menos que los humanos y es muy importante siempre tenerlo presente.

Un cambio brusco siempre nos produce más dolor, por eso necesitamos un tiempo para interiorizar qué es lo que ha sucedido, esto hace que se dé una faceta de negación en los dueños de la mascota, luego no podemos hacer nada, fruto de esa impotencia que nace la sensación de frustración que hace que nos de enojo o ira, la última etapa es la aceptación, es cuando aceptamos que seremos capaces de aceptar la muerte de nuestra mascota. A partir de aquí tendremos que aprender a seguir sin que ella esté presente en nuestra vida, asumir que ya no está.

Una mascota no es solo un animalito que hay que alimentar, pasear, y vacunar, ellos se convierten en un miembro más de la familia, un ser que ocupa un lugar muy importante en el corazón de todos los miembros del hogar, nos hacen reír, nos distraen, pero que pasa cuando llega la hora de decir adiós, no importa si se es adulto o niño, siempre resulta ser un proceso doloroso.

Es importante darle amor, cuido y recreaciones y estar libre de culpabilidades, el amar a nuestra mascota no es solo abrazarla y jugar, también es darle todos los cuidados y atenciones médicas, esto hará que en el momento que ya no esté con nosotros, tengamos la satisfacción que le dimos lo mejor, y simplemente termino un ciclo de vida.