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Las 7 vidas del gato, ¿mito o verdad?

¿A quién no le gustaría tener 7 vidas como los gatos?… pero momento, ¿es verdad que los gatos pueden sobrevivir a la muerte esa cantidad de veces? La fama de los gatos, y de los felinos en general, se debe a que son animales con una gran agilidad y velocidad, lo que les permite salir ilesos de situaciones peligrosas que pondrían contra la espada y la pared a otros animales. Además, sus patas son muy fuertes en relación con su peso, lo que les permite caer ilesos de grandes alturas, sumado al reflejo de enderezamiento, que les permite girar el cuerpo para situar las patas en dirección al suelo. Inclusive, en 1987, un artículo de la Revista de la Asociación Americana de Medicina Veterinaria titulado “El síndrome del edificio alto en los gatos” compartió el llamativo resultado de una investigación que informaba que el 90% de los felinos que había acudido al hospital tras una caída desde alturas de entre 2 y 32 pisos había sobrevivido. Lo más curioso del estudio era el dato de que la mayor mortalidad no se producía en las caídas desde las mayores alturas, sino en torno al séptimo piso. La explicación es simple, un gato en aceleración tiende a ponerse rígido, lo que disminuye su capacidad de absorción del impacto. Sin embargo, una vez que supera la velocidad terminal y no queda fuerza neta que actúe sobre el animal en caída, el gato se relajará, aumentando su flexibilidad y reduciendo con ello el potencial de heridas y muerte.

Otros creen que más allá de esas cualidades, la verdadera razón que yace detrás del súper poder del felino tiene un fundamento mitológico o esotérico. Por ejemplo, en los países anglosajones se dice que los gatos tienen nueve vidas, creencia que proviene del dios del Sol, llamado Ra. Este dios egipcio engendró a nueve dioses y al viajar al mundo de las oscuridades se convirtió en gato, que en esa cultura era un animal sagrado, siendo agraciado con nueve vidas para lograr su objetivo.

Así mismo, los antiguos egipcios tenían la convicción de que los gatos reencarnaban al igual que los seres humanos y que, al llegar al momento de la séptima reencarnación, el felino reencarnaba con la forma de un humano. Por si fuera poco, en Romeo y Julieta, en el acto III, en una conversación entre Tebaldo y Mercurio ya se menciona el número de vidas del gato, que en ese caso eran nueve.

A partir de todas estas evidencias, resulta difícil tener que reconocer que en realidad el gato solo tiene una vida y que, por ello, debemos cuidarlos y estar atentos, para que cuando todas esas cualidades y capacidades se le agoten, allí estemos para garantizarle una segunda oportunidad.