El Pomerania
El Pomerania es inteligente, fácil de educar, demanda mucha atención y, aunque es un poco distantes con los extraños, tiene un cariño especial por todos los miembros de su familia. Suele ser común verlo en los hogares correteando por todos lados o en las carteras de las mujeres acompañándolas fielmente a sus actividades diarias.
El nombre de esta curiosa raza proviene de la provincia Pomerania Central de Alemania y sus antepasados se remontan a los perros nórdicos de trineo de Islandia y Laponia, que llegaron a Europa a través de dicha provincia.
Los primeros ejemplares eran de tamaño mediano y se hicieron famosos como perros de pastoreo de ganado. Al llegar a Inglaterra estos canes pesaban más de 10 kg y fue allí en donde comenzaron con la cría selectiva pensando en conseguir un estándar de perro pequeño y elegante, que conservara su hermoso pelaje y que fuese ideal para servir como perro de compañía.
Con un peso alrededor de los 1,8 y los 2,5 kg y una altura a la cruz de entre 22 y 28 cm, esta raza suele tener un abundante pelaje y la forma de su cabeza se asemeja a la de los zorros y la expresión de sus ojos contagia inteligencia y carácter. Las hembras suelen ser un poco más grandes que los machos.
Su pelaje está conformado por una capa doble que contiene una capa interior suave como la pelusilla y una capa exterior perfectamente lisa que puede presentar diferentes colores como: blanco, negro, gris, rojo, azul, chocolate, marrón o anaranjado.
Los cachorros de Pomerania pueden ser una excelente opción para familias con niños, siempre y cuando los padres eduquen bien a los pequeños de la casa para que no tire de su cola o trata de manera brusca al pequeño can.
En las hembras, la edad aconsejable para la primera camada sería a partir del tercer celo, es decir de los 18 meses. Recuerda que entre una camada y otra de parto natural, hay que dejar como mínimo un celo de descanso para la hembra.